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El suelo pélvico en parto y posparto: mitos y realidades

  • cuidarmaternofetal
  • 6 jun 2022
  • 4 Min. de lectura

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El suelo pélvico, el gran desconocido. Hasta el 50% de las mujeres puede enfrentarse en algún momento de su vida a problemas del suelo pélvico, especialmente tras el parto.


¿Qué es exactamente el suelo pélvico y qué funciones tiene?

El suelo pélvico es el conjunto de estructuras que cierran la cavidad pélvica en su parte inferior. Los huesos de la pelvis forman un gran espacio en su parte interna. Un espacio pensado para permitir la salida de la cabeza del feto durante el parto. Sobre este marco óseo de forma redondeada se anclan estructuras musculares y tejidos que cierran este espacio y proporcionan soporte a los órganos pélvicos. De hecho, estos órganos: vejiga, uretra, vagina, útero y recto, se asientan sobre los músculos y ligamentos del suelo pélvico y los atraviesan, permitiendo así la evacuación (orina, menstruación, heces) así como la contención.


Para ello, es fundamental que todas estas estructuras puedan funcionar bien. Los músculos son el elemento activo del piso pélvico y deben contraerse y relajarse. Los ligamentos son el elemento pasivo y ayudan al soporte de los órganos.


¿Facilita el parto tener un suelo pélvico ejercitado?

El embarazo, más que el parto, es una oportunidad para descubrir el suelo pélvico, aprender a conocerlo y a ejercitarlo. Es un buen momento para empezar a cuidarlo e introducir estos ejercicios en nuestros hábitos. En general, es bueno llegar al parto con el suelo pélvico en buena forma. Que esté bien tonificado no significa que se pueda evitar al 100% los desgarros.


¿Tiene ventajas tener un suelo pélvico con buena tonicidad a la hora de recuperarse del posparto?

Sí. Todo el aprendizaje realizado durante el embarazo facilitará enormemente la rehabilitación posparto, un momento en el que se atenderán múltiples actividades. Durante los 40 días del puerperio será muy importante trabajar activamente para rehabilitar los músculos pélvicos.


¿El parto vaginal siempre provoca daños en el suelo pélvico?

No, la mayoría de las veces no, aunque sí supone un riesgo. Está claro que el paso de la cabeza del feto debe distender de una manera muy notable estos músculos. Si este paso se produce de forma progresiva, permitiendo un estiramiento paulatino de las fibras musculares, las estructuras “dan de si” y el parto se desarrolla sin lesiones importantes ni permanentes. Existen factores hormonales en este momento del embarazo que favorecen este estiramiento. Es importante, pues, dejar que el parto y el periodo expulsivo del parto se desarrollen a su ritmo, sin prisas innecesarias.


¿A qué edad deberíamos empezar a prestar atención a este conjunto de órganos?

Cuanto antes mejor. No hay que esperar a que aparezcan síntomas para empezar a preocuparse por el suelo pélvico. La prevención es la mejor aliada. Además, unos músculos pélvicos en forma y un buen autoconocimiento pueden ayudar a gozar de unas relaciones sexuales más placenteras. El embarazo, desde las primeras etapas, constituye un buen momento para la educación y el ejercicio.


¿Cuánto más partos, más deteriorado queda el suelo pélvico?

Efectivamente, existe un efecto sumativo, pero lo que ocurra durante el primer parto es fundamental. La primiparidad (el primer parto) es un factor de riesgo para sufrir deterioro en estas estructuras. Lo importante es recuperar el suelo pélvico después de cada parto.


¿Es conveniente realizar una cesárea para evitar este daño potencial?

No. La cesárea tiene riesgos y no es una estrategia preventiva válida con carácter general, aunque puede realizarse con esta indicación en casos muy seleccionados.


¿Un parto inducido o con epidural tiene más riesgos para los músculos?

No necesariamente. Un parto inducido o con epidural pueden suponer un parto más largo, o una vivencia del parto más larga, con lo que se puede llegar más fatigada a la fase de expulsión, que es cuando los músculos pélvicos son mas vulnerables. Por lo tanto, aunque al final haya ganas de ver al bebé, es importante no tener prisa durante el periodo expulsivo (tampoco alargarlo innecesariamente), respetar sus tiempos y favorecer en todo lo posible una salida espontánea de la cabeza del feto.


¿Una episiotomía afecta el suelo pélvico para siempre?

Una episiotomía deja una cicatriz en el periné que es para siempre. Algunas veces esta cicatriz puede generar dolor, sobretodo durante la actividad sexual, otras no. Por lo tanto, es muy importante que esta intervención se realice sólo cuando es necesario. Como siempre, todos los extremos son malos: ni la episiotomía debe efectuarse de manera rutinaria, ni tampoco debe pensarse en no realizarse nunca; cuando se practica adecuadamente, puede contribuir a evitar un desgarro de alto grado.


¿Hay algún ejercicio que sea mejor para empezar?

En general, los ejercicios consisten en contraer y relajar de forma repetida los músculos pélvicos según pautas diferentes. La primera pregunta que surge es ¿lo hago bien? ¿cuántas veces tengo que repetirlo? Aunque se pueden encontrar pautas en internet, no nos cansaremos de insistir en que es muy importante que una o un profesional supervise, por lo menos al principio, una vez hecha una valoración inicial y comprobando que se están haciendo los ejercicios de forma correcta, podamos aconsejar sobre la pauta a realizar.

Aunque los ejercicios hipopresivos son muy populares, la base del tratamiento lo constituyen los ejercicios de Kegel.


Consejos para mantener una buena salud del suelo pélvico


1. No normalizar los problemas del suelo pélvico. La incontinencia puede ser frecuente, pero no es normal ni debe asumirse como un peaje a pagar por ser mujer, madre y haber alcanzado una determinada edad.

2. Tener un buen autoconocimiento. Conocer nuestros genitales, nuestros músculos pélvicos, nos ayudará a poder trabajarlos y ejercitarlos adecuadamente.

3. No esperar a tener síntomas para empezar con los ejercicios.

4. Acudir a un profesional, normalmente con algún fisioterapeuta, para que supervise nuestros ejercicios y nos oriente a la hora de las pautas a realizar.

5. Ser constante. Sirve de poco realizar ejercicios solo durante algunos días, la falta de motivación es la causa por la que muchas mujeres “olvidan” realizar los ejercicios. Trata de incorporarlos a tus rutinas diarias. Realizar diez contracciones cada noche, antes de acostarte, es mejor que no hacer nada.

6. Vigila tu peso. Mantente en forma globalmente. Sabemos que la obesidad puede empeorar las pérdidas de orina y, por el contrario, reducir peso, mejorarlas.




 
 
 

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