Inducción de trabajo de parto
- cuidarmaternofetal
- 20 feb 2021
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La inducción de trabajo de parto son aquellos procedimientos dirigidos a estimular contracciones uterinas en mujeres embarazadas que aún no inician trabajo de parto de manera espontánea y que buscan conseguir un parto vaginal. Es un procedimiento que se indica alrededor de la semana 39 de gestación en pacientes con riesgo elevado de continuar con su embarazo, en lugar de interrumpirlo y en pacientes que desean tener un parto vaginal cuando no se ha iniciado de manera espontánea al término de la gestación.
La encuesta mundial en Salud Materna y perinatal de la OMS, reporta una prevalencia promedio de inducción de trabajo de parto del 10 al 20 % a nivel mundial y en México se reporta que el 14% de los embarazos terminan mediante este procedimiento.
Esta inducción puede realizarse mediante procedimientos farmacológicos o no farmacológicos, considerándose una inducción exitosa cuando se logra un parto vaginal en las 24 a 48 horas posteriores al inicio de la maniobra de inducción.
El primer paso para la inducción del trabajo de parto es la maduración cervical o maduración del cuello uterino, el cual es un procedimiento que provoca ablandamiento, borramiento y dilatación del cérvix, para aumentar la posibilidad de tener un parto vaginal.
La inducción pretende simular el proceso del trabajo de parto espontáneo, que en condiciones normales inicia alrededor de la semana 40 de gestación, con actividad progresiva del útero, cambios en el cérvix, ruptura de membranas amnióticas y expulsión del feto mediante la estimulación progresiva o simultánea de dos etapas:
1) Dilatación y borramiento del cuello uterino.
2) Conducción de las contracciones uterinas.
Indicaciones de la inducción de trabajo de parto
- Infección intra-amniótica.
- Muerte fetal dentro del útero.
- Enfermedad hipertensiva asociada al embarazo controlada.
- Diabetes gestacional.
- Ruptura prematura de membranas.
- Embarazo postérmino con al menos 40 semanas de gestación.
- Electiva (decisión de la paciente).
- Enfermedades autoinmunes.
- Oligohidramnios leve (líquido amniótico bajo).
- Retraso en el crecimiento intrauterino
- Incompatibilidad de grupo sanguíneo materno-fetal.
Contraindicaciones de la inducción de trabajo de parto
- Presentación pélvica o transversa del feto.
- Desproporción cefalopélvica.
- Placenta previa.
- Cesárea previa o cirugía uterina.
- Cáncer de cérvix.
- Prolapso de cordón umbilical.
- Herpes genital activo o verrugas genitales.
- Sufrimiento fetal.
- Macrosomía (feto grande con peso aproximado de 4 kilos).
- Ruptura uterina previa.
Las medidas no farmacológicas utilizadas para la inducción del trabajo de parto son: uso de dilatadores del cuello uterino o de sonda vesical en el cérvix, despegamiento de las membranas amnióticas del cuello uterino o provocar la ruptura de membranas de manera precoz. También se puede recomendar a la pareja que tengan relaciones sexuales sin preservativo así como la estimulación de los pezones maternos ya que esto provoca la producción de oxitocina de manera natural (hormona encargada de desencadenar las contracciones uterinas). También existen medidas farmacológicas para inducir el trabajo de parto, por medio del uso de prostaglandinas y oxitocina sintética.
Complicaciones de la inducción de trabajo de parto
La inducción se asocia con un aumento de complicaciones en comparación con el trabajo de parto espontáneo, sobretodo en pacientes primigestas.
Algunas complicaciones que pueden presentarse durante la inducción del trabajo de parto son: la hiperestimulación de las contracciones uterinas ocasionando sufrimiento fetal y cambios en la frecuencia cardiaca del feto, ruptura uterina, prolapso del cordón umbilical vía vaginal antes del nacimiento del feto o la inducción fallida con mayor riesgo de cesárea de urgencia.
Por estas razones, las instituciones médicas deben estar preparadas para la atención de las complicaciones que ponen en riesgo la vida de la madre y el feto; además, es importante que la paciente permanezca hospitalizada desde el inicio de la inducción del trabajo de parto para la vigilancia y monitorización fetal continua; y también es de suma importancia tener disponible una sala de operaciones para realizar una cesárea de urgencia en caso de ser necesario, por lo que se debe contar con un consentimiento informado en el que se expongan claramente los beneficios de la inducción, el procedimiento a realizar y las posibles complicaciones.




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