Maniobra de Hamilton para desencadenar trabajo de parto. ¿cuándo está indicada y cómo realizarla?
- cuidarmaternofetal
- 17 sept 2021
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Determinadas condiciones médicas o problemas que puedan surgir al final del embarazo pueden hacer necesario la inducción del parto para evitar comprometer la salud de la madre o del feto. Existen diversos métodos para provocar las contracciones uterinas, uno de ellos es la maniobra de Hamilton.
Es un método de INDUCCIÓN MECÁNICA para el cual es necesario una dilatación de al menos un centímetro.
Se realiza mediante un tacto vaginal en el que se introduce un dedo y se despegan las membranas del útero, eso favorece la secreción de prostaglandinas, lo que aumenta las probabilidades de que el parto se desencadene en las siguientes 48 horas, reduciendo así el uso de otros métodos para inducir el parto. Solo debe ser realizada por profesionales.
Es una práctica tanto controvertida porque, a pesar de ser poco invasiva, de no tener contraindicaciones específicas, y no de conllevar muchos riesgos, ni para la madre ni para el bebé, en general no afecta a las tasas de cesáreas, ni a los partos instrumentados, y no incrementa el riesgo de infección materna o fetal, la mayoría de las veces se considera innecesaria. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) señala en sus protocolos que su eficacia para iniciar el parto no ha sido bien establecida.
En la guía del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención recomiendan realizar la Maniobra de Hamilton, ya que disminuye las posibilidades de inducción al parto. En caso de inducción, también se aconseja realizarla en el momento del tacto vaginal.
Las Recomendaciones para la Atención del Embarazo emitidas por la OMS a las cuales suscriben las normativas asistenciales nacionales, desaconsejan realizar la maniobra para provocar el parto como procedimiento de rutina en aquellas mujeres con un embarazo sin complicaciones y que no tengan ninguna indicación de finalización de la gestación.
Es una técnica controvertida por la escasez de estudios que la respalde o desaconseje, actualmente se trata de una práctica arbitraria y de uso diario en los hospitales.
La maniobra debe realizarse siempre con el consentimiento oral o escrito de la mujer embarazada, donde se le debe especificar posibles complicaciones (ruptura de membranas, sangrado, aumento de riesgo de infecciones, etc.) y las molestias durante el procedimiento y después del mismo.
Actualmente la recomendación al uso de la maniobra de Hamilton es que se realice después de las 40 semanas y que no se recomienda realizarla en mujeres sanas, sin indicación de finalización del embarazo.
Actualmente las mujeres se informan y participan activamente en la toma de decisiones en relación a su embarazo y su parto, es fundamental que se argumente el uso de despegamiento de membranas y que sea la mujer la que decida, sabiendo toda la información sobre la maniobra.
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